El paso del diluvio Noel, también a damnificado la visión de nuestras autoridades ante el paso de la rebelde tormenta Olga. Dada la reciente experiencia que vivimos en la República Dominicana, hoy por hoy nos damos cuenta que los votos de esperanza del Pueblo Dominicano, no son suficientes para sobrevivir por un pequeño margen de seguridad, familias, iglesias y la Nación.
Es tiempo de hacer valer tus sentimientos, tus pensamientos y tu sangre, proclamemos con los hechos nuestro derecho a la vida con la generación presente y futuro y con nuestro legado de nuestros pasados ancestros.
Comunidad cristiana, evangélicos, iglesias católicas y protestantes, todos entendamos con esto, que es tiempo de aunar esfuerzos con verdad sobre la existencia de nuestra realidad.
Como pueblo, elevemos un grito de independencia socio Espiritual que ayude a la gobernabilidad de esta Nación al reencontrar nuestro camino hacia la libertad como patria de Dios.
No quiero hurgar en la tragedia causada por la rebelde tormenta Olga, porque yo he vivido en carne propia las dos. Sin hacer ningún análisis científico y por más que tratemos no podemos abstraernos de esto y/o mudarnos a otro mundo, porque es imposible obviar esta realidad. Nuestra realidad.
Solo quiero comentar de la crudeza y dolor que Santiago vive Más Allá del Monumento, mi pueblo, momentos de mucha tristeza, desesperación, corazones inundados de soledad, de llantos, angustias, frustraciones y sin esperanzas, vi muchas personas vivir como si el mundo se le hubiera acabado. Debemos hacer un alto en este tiempo y pensar más en el prójimo, porque Jesús dio un nuevo mandamiento.
“Ama a tu prójimo como a ti mismo”. La indiferencia e indolencia de la humanidad ante situaciones de tragedias tan reales como nuestra propia existencia ha provocado que cada día vivamos en un mundo de mayor desesperanza.
Es muy triste ver a Santiago la Ciudad Corazón, arruinada bajo el lodo y el agua por un juicio de Dios, por la rebelión de esta Nación.
Así Dios lo había revelado a muchos profetas, y trató conmigo a través de una revelación con el Presidente de la República Dominicana, como lo hizo también con “EL DILUVIO DE NOE” y “LA VARA DE DIOS”.
Aunque se intercedió y la incredulidad ha seguido avanzando en esta Nación, Dios está tratando con este pueblo y toda la Isla.
Esto no debe hacer reflexionar a todos para que entendamos de una vez por todas que es Dios, quien gobierna nuestra Nación y que de El viene la solución. Imitemos al pueblo de Ninive, que ayunó he hizo cilicio ante la advertencia del profeta Jonás de la inminente ira de Dios.
El Rey rasgó sus vestiduras mientras decretaba la unión de su pueblo en una oración de suplica y arrepentimiento ante nuestro Señor Jesucristo.
Es hora de que los gobernantes entiendan que es con Dios que se gobierna, no solamente, con dinero, el oro puede comprar las cosas del mundo, pero no puede evitar los desastres climatológicos o juicios de Dios.
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