La cárcel lugar duro y solitario pero no olvidado por la iglesia

Estar o vivir en una cárcel privado de la libertad es un tormento y es que la palabra cárcel es sinónimo de soledad, frustración y vacío en el alma y corazón, pero aun peor cuando no se tiene esperanza y fe en un Dios supremo que vela por el bienestar de sus hijos.

El Ministerio Centro de Fe, Sanidad y Avivamiento, tiene como parte de las actividades dentro del proyecto “Me Diste” llevar el mensaje de la palabra a las cárceles de todo el país. Esta vez el ministerio encabezado por los pastores Aquiles y Zuleyka Azar, tuvieron la oportunidad de visitar la cárcel de Najayo, ministrando palabras de fe, hablándoles sobre lo importante que son para Dios las mujeres, sobre la efectividad de las debilidades que tienen cuando estas están en las manos del señor, y que Dios es un Dios de oportunidades.

Entre alabanzas y cánticos muchas mujeres fueron sanadas de diversas enfermedades, libertadas y restauradas en sus corazones, testificando de cómo Dios había tocado sus vidas, y como habían desaparecido los dolores en sus cuerpos y corazones. La directora de la cárcel de mujeres Patricia Loganda, junto con los pastores y demás feligreses hicieron un recorrido por el recinto, donde pudieron ver la buena labor que las mujeres desempeñan en la cárcel de la prisión.

Al finalizar la visita a la cárcel Najayo en la prisión de mujeres, se realizo una obra teatral para mostrar en una pasarela un desfile de ropa tejida de dundas de plástico. Mas que ver un show de brodway o una pasarela de coco chanel, vimos el deseo de redención y dignidad en las mujeres, fue impresionante ver los rostros alegres de esas mujeres los cuales se veían tan necesitadas de una palabra de bendición, de amor y fortaleza para seguir adelante.