lunes, 20 de julio de 2009

Tu identidad está en Dios

Emma de la Cruz

Puede que seas una de las muchas personas que hay en el mundo que sienten que no valen o que no le importan a nadie, quiero traer unas palabras que pondrán tu mundo de pies a cabeza.
Sin importar quien haya sembrado esa idea en ti, me levanto hoy con la autoridad que me da el Señor contra todo argumento plantado por el maligno en tu mente y declaro que la Palabra de Dios te hace verdaderamente libre.
Aun siendo Cristianos muchos no aceptan quienes son, ya sea por un padre o madre que te hicieron sentir que no cumpliste nunca con lo que ellos esperaban de ti. Bien pudo haber sido un compañero de clases cruel que mientras estabas en el colegio se burlaba continuamente de ti para ocultar su propia miseria, pero que en el proceso te iba quitando todo vestigio de amor propio. Un profesor amargado que, en vez de cumplir su rol como educador minaba toda la seguridad en ti mismo que te podía haber quedado. No importa quien haya sido, tú le pones el nombre, quiero decirte que detrás de esa persona se ocultaba el mayor mentiroso de toda la historia. Satanás sabe que si destruye en tu mente la imagen que Dios tiene de ti, habrá ganado la batalla, pues vivirás todo el tiempo con la cabeza entre los hombros y no cumplirás el propósito para el cual Dios te planeó.
Uno de mis ejemplos favoritos está en La Bibia, en el libro de 1 de Samuel Capitulo 16. Dios, cuando hubo desechado a Sul como rey de Israel, le ordena a Samuel que vaya a casa de Isaí a ungir a uno de sus hijos como rey. Samuel llega a casa de Isaí y le pide que traiga a todos sus hijos para ofrecer sacrificio a Jehová, sin revelarle el motivo real de su visita. Desfilan uno a uno de los hijos de su casa ante el profeta, y la respuesta de parte de Jehová al profeta era siempre la misma “A este tampoco he escogido”. Entonces el Samuel confundido le pregunta a Isai “¿Son estos todos tus hijos? A lo que este responde que aun quedaba el menor que apacentaba las ovejas. No sabemos por qué Isai no hizo llamar a David, algunos eruditos comentan que este era hijo ilegítimo, otros que culturalmente al menor no se tomaba en cuenta. Entonces el profeta alescuhar que queda aun otro hijo, da instrucciones para que venga el muchacho y cuando David, que así era su nombre, llega delante de él Jehová le ordena “Levántate y úngelo porque este es”.
Durante estos tiempos el pastor pasaba largos tiempos con sus ovejas, comía con ellas, dormía con ellas y en las temporadas de sequía tenia que movilizarlas para encontrar pastos verdes y frescos, por lo que tenía que pasar muchos días fuera de casa. Como verás, David pasaba más tiempo con las ovejas que con sus padres y hermanos, de tal manera que llegado el momento en que Isai convocó a sus hijos para ofrecer sacrificio a Jehová, ni siquiera lo tomó en cuenta. Tal vez para Isai David no era más que el hijo menor pastorcito de ovejas, pero para Jehová el era el rey de Israel. Quizás esta es la historia de tu vida, haz sido todo el tiempo menospreciado o subestimado aun por tus propios padres, las personas que se supone debieron afianzarte toda tu vida, no hicieron más que socavar tu imagen y amor propio. Tienes dos opciones, o seguir caminando por la vida arrastrando tus cadenas y raíces de amargura, recuerda que detrás de todo esto no está otro más que Satanás, el cual quiere destruirte o, por el contrario, hacerle caso a Dios, quien te formó en el vientre de tu madre y te planificó desde antes de la fundación del mundo para convertirte en objeto de su amor. Te invito a leer los versículos del 13 al 16 del Salmo 139. Este pensamiento fue el que sostuvo a David durante las largas noches de frío en las cuales extrañaba el calor del hogar y el amor de su padre. Fue en la soledad de esas interminables noches y largos días que el Señor ministraba el corazón de David y le decía, “Tranquilo, tengo planes más excelsos para ti que solo cuidar ovejitas en el campo”
David sabía que su momento llegaría, que él estaba apacentando ovejas, pero que era mucho más que un pastor de ovejas. El corazón de David estaba listo para ese encuentro con Samuel mucho antes de que Jehová le ordenara al profeta que fuera a la casa de Isai. Todos se sorprendieron de lo ocurrido menos David. ¿Sabes que es lo mejor de esta historia? Que David no se levantó de este lugar para ser rey, sino que regresó al campo a cuidar ovejas.
¿Qué es lo que va a marcar la diferencia en tu vida? La actitud con la que asumas tu vida misma y a quien decidas creerle con relación a quien eres. ¿Le creerás a Satanás quien toma prestada la boca de otros o Dios quien te creó?
Tiempo más tarde cuando el pueblo de Israel estaba en guerra contra los filisteos, estos escogieron al muy famoso gigante Goliat para que retara a un judío, bajo la premisa que el que ganara la pelea de los dos guerreros, le daría automáticamente la victoria a su pueblo. Los hermanos mayores de David van al campo de batalla y el padre de este lo envía a buscar de donde estaba apacentando las ovejas para que le llevara comida fresca a sus hermanos. Al David llegar al lugar de la batalla escucha a Goliat retar a un soldado del ejercito de Israel y este al ver que nadie responde al reto decide ofrecerse como retador. Si de ahí es de donde surge la historia de David y Goliat. Y sabes como termina esa parte, pero no es el punto que quiero remarcar. David es llevado delante del rey, para ese entonces no podía tener mas de 18 años, cuando mucho. Cuando el rey Saúl ve la apariencia de David trata de desalentarlo diciendo que era imposible que le ganara a ese filisteo que era un hombre experimentado en guerra desde su juventud y que David no era más que un muchacho.. Escucha la respuesta impresionante de este muchachito al rey: “Tu siervo ERA pastor de las ovejas de su padre y cuando venía un león o un oso y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras el y lo hería y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mi, yo le echaba mano de la quijada y lo mataba” ¿Donde estaba David cuando su padre lo mandó a llamar para fuera a llevarle comida a sus hermanos? La biblia en el capitulo 17 de I Samuel nos dice que apacentando ovejas. ¿Por qué David le dice al rey “yo era pastor de las ovejas de mi padre? ¿Estaba David mintiéndole al rey? Por supuesto que no, el estar parado en un estacionamiento no te convierte en un carro. David sabía lo que era para Dios y esa fue la verdad que salió de su boca. A pesar de haber sido ungido como rey y sus padres y hermanos haber sido testigos de este acontecimiento, los mismos nunca le trataron como tal, pero esto no menguó la actitud de David, al contrario, llegó al campo de batalla como un mandadero, pero con actitud de rey. De todos los judíos fue el único que se atrevió a retar a Goliat y a ganarle de manera sobrenatural. Desde que se paró delante de este le declaró lo que iba a hacer con el, le dijo “Jehová te entregará en mis manos, y yo te venceré y te cortaré la cabeza” Y así fue. A partir de ese día la historia de David a los ojos del hombre cambió, sin embargo ante los ojos de Dios solo era una continuidad de su propósito en la vida de este.
El campo para apacentar ovejas solo fue el lugar de entrenamiento para formar el corazón y carácter de David, pero dios no veía a un pastorcito, El veía a un rey. El veía a un hombre con un corazón conforme al Suyo.
¿Cuándo te miras al espejo, que ves? Es mi oración que veas lo que Dios ve desde los cielos. El ve a una persona única y especial, diseñada por El con cuidado y amor para ser singular, para cumplir en esta tierra el propósito para el cual te creó en ti si solo te atreves a derrotar a tu propio gigante.

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