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¿Cuantos estaremos dispuestos a aceptar este reto?
Moisés, al igual que nosotros, fue un hombre con defectos y múltiples debilidades, pero que decidió en su corazón serle fiel a Dios y ser portador de su gloria. La vida de este gran hombre de Dios nos revela que lo importante no es lo capacitado que estemos o las herramientas con que contemos, sino el Dios que nos ha llamado. En el desierto Dios formo a Moisés e hizo de el una vasija agradable, para llevar el mensaje de salvación y libertad al pueblo de Israel.
Muchas cualidades podemos observar en Moisés que describen con exactitud lo que, es un mensajero conforme al corazón de Dios, entre las cuales están.
* un corazón humilde, que se dejo quebrantar por Dios (Éxodo 2: 11-25).
Grandes cosas ocurrieron en la vida de Moisés después de haber matado al egipcio. Dios lo llevo a la tierra de Madian, lugar en que aprendió a ser pastor y no cualquier pastor. Un pastor sensible a la voz de su señor y con un corazón transformado.
* Fe Éxodo 3 una fe que asume y no solamente cree en Dios, sino que pasa por encima de los miedos, y le cree a la palabra fiel de Dios.
* Un hombre investido del poder de Dios no de estrategias de hombres (éxodo 4: 1-9) Moisés aprendió a usar la vara que Dios le había entregado, no su conocimiento, ni sus esfuerzos.
*Obediencia Éxodo 4.20
No importa cuanto tiempo nos toma ser obedientes, lo importante es que nos decidamos a serlo, para que el nombre de Dios sea exaltado.
*Valor y Firmeza Éxodo 4-11-14
Moisés confió plenamente en las promesas de Dios, cada plaga fue una muestra de la fidelidad de Jehová y una prueba del valor de este hombre de Dios.
* Fidelidad a la palabra de Dios Éxodo 5-11, Proclamar lo que Dios nos revela sin adulteración, es la clave de nuestra bendición.
* Tener una amistad con Dios, aquel que nos llama a servirle (Éxodo 32: 7-14) (33:11-19). La amistad implica amor y dependencia, no temor e independencia.
Solo los amigos conocen lo que inunda el corazón y muchos son los llamados y pocos los escogidos, ante un mundo que se pierde y gime de dolor por la cautividad en la que se encuentra.
Moisés fue un buen ejemplo, tú y yo somos los llamados hoy ser mensajeros conforme al corazón de Dios.
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