martes, 29 de septiembre de 2009

Mi Tabernáculo en ella…

Ezequiel 23.4 Y se llamaban, la mayor, Ahola (a), y su hermana, Aholiba (b); las cuales llegaron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba

Cuando leía esta palabra el Espíritu Santo me enseñaba la diferencia de 2 nombres de 2 Mujeres, una llamada Ahola que significa "Tabernáculo de ella" y otra Aholiba que significa "Mi tabernáculo en ella".

Cada vida es un tabernáculo, una morada, un lugar de habitación, Dios quiere hacer morada en cada vida, en cada mujer, en el versículo de arriba vemos a Ahola que es el tipo de mujer que vive para ella, que es vanidosa, que cree que puede ser feliz sin la presencia de Dios en su vida, es la mujer que quiere llenar el vacío de su corazón con hombres, quiere satisfacer su necesidad de ser amada aun sin importar si para hacer esto estuviera pecando contra Dios. Es una mujer necia que dice "Mi cuerpo es mío y yo hago lo que quiero con el". Es una mujer que dice "yo hago con mi dinero lo que me da la gana", es una mujer que hace de su corazón un lugar donde habiten malos pensamientos, donde le da rienda suelta a su imaginación, un lugar donde habite amargura, enojo, odio, un lugar donde habitan los vicios o mas grande aun un lugar donde satanás ha encontrado cabida. La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra? Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová. Abdias 1:3,4

En cambio vemos a Aholiba que es la mujer que ha reconocido a Jesucristo como Señor de su vida, tal vez con las mismas fallas y luchas que Ahola, pero con la diferencia de que Aholiba ha decidido ser "Templo del Espíritu Santo" ha tomado la decisión de entregar sus pecados rojos como el carmesí a Jesús, para que El con su preciosa sangre los convierta en blanca lana. Es una mujer que reconoce su debilidad y sabe que solo con la ayuda del Espíritu Santo puede vencer, porque en su debilidad el poder de Cristo reposara en su vida "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo" 2 Corintios 12.9.

La palabra de Dios dice que si somos obedientes a su Palabra El pondrá su morada en medio de nosotros Levítico 26:11 Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará.


Mujer, Entrégale tu vida hoy a Cristo, deja que los ríos de agua viva fluyan por tu cuerpo, desde tu cabeza hasta tus pies, permite que el Espíritu Santo se mueva con libertad en tu ser, que El sepa y siente que tu vida es su Templo, llénate de El, tal vez piensas que tu cuerpo esta deshecho por el pecado y a El ya no le interesaras, no te preocupes El es el Restaurador por excelencia, El es el mejor Dibujante, el pintara tu cara de felicidad, El enyesara todas las cuarteaduras en tu vida, Jesucristo es el mejor Arquitecto, nadie como El, para hacer que las cosas que no existen existan, nadie como El para restaurar, para sanar, para limpiar y hacer nuevo todo, entrégale las llaves de tu casa (corazón, de tu vida) y veras como la transforma, la pule, la hace brillar, para que cuando pasen y vean tu casa se queden asombrados por la belleza externa e interna. Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, —dice el Señor, que de ti se compadece—. ¡Mira tú, ciudad afligida, atormentada y sin consuelo! ¡Te afirmaré con turquesas, y te cimentaré con zafiros! Con rubíes construiré tus almenas, con joyas brillantes tus *puertas, y con piedras preciosas todos tus muros. El Señor mismo instruirá a todos tus hijos, y grande será su bienestar. Serás establecida en justicia; lejos de ti estará la opresión, y nada tendrás que temer; el terror se apartará de ti, y no se te acercará. Isaías 54:10-14.

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Juan 14:23.

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